martes, 26 de junio de 2012

Semanario de Lunes Para Martes


MEDITACION : DE Lunes PARA Martes


GRAN ESPÍRITU QUE TODO LO ABRAZA

EN TUS SENSACIONES VIVIA EL CONOCIMIENTO
CUÁNDO EL CONOCIMIENTO NO SE ME HABIA DADO TODAVÍA 

TU ERAS.

Yo ELEVO mi alma A TI.

Yo entraba en mi cuerpo.

En mi sentir, YO VIVIA EN MI MISMO..TU ERAS EL SOL DE LA VIDA.

EN MI SENTIR VIVA TU SER.

COMO SI FUERAS MI SER

LA VIDA DE MI ALMA

SE SEPARO DE TU VIDA

TU FUISTE..

MI ALMA sintió EN ELLA su ser personal.

EN Ella nació en la nostalgia de TI,

DE TI, DE QUIEN ELLA PROVENÍA,PARA QUE EL QUE ORIGINALMENTE.

TU ERAS.


RUDOLF STEINER

AMOR LATIDO DEL UNIVERSO

Sin embargo no es suelo brillante
Que se acuesta sobre los arenales 
Es un mar profundo 
Lleno de luces y magníficos colores
Que contiene el cielo incluyendo sus nubes
Sus aves, sus maravillas
Es un mar que ilumina el amanecer
Porque refleja los primeros cantos y rayos
Del día, porque contiene el sol
Y sus brillantes destellos diamantinos
Es un mar que lleva el universo consigo
Porque refleja el cielo estrellado, la luna
Y los astros planetarios de los confines del espacio
Es un mar contenido de esperanzas 
De ilusiones
Y de fé 
En el día de hoy y de mañana
Porque lleva en sí todos mis sueños, los tuyos
Y los de todos los hombres y seres cobijados por este gran universo
Porque recibe en lo cóncavo de su seno el anhelo de la tierra
Que se duerme arrullada por sus brazos y 
Despierta con el ritmo de sus besos 
Cada mañana en la orilla
Buenos días…. Despierta y contempla…

Día Martes (Marte) LA SOLEDAD

Hoy a la acción dedicaré mis horas ( Martes-Marte) 



Si te embarcas en lo benévolo
Si tú camino cubierto ahora de espinas 
Se Volviese entonces rosas
Si te anclas en la belleza progenitora en nuestro 
Universo y tierra de Vida,
Si gritas tú verdad, en silencio
En tus ojos, en tus manos,
En tu pecho,
En tu sentir y pensamiento
Respirarás el aliento de las flores
Y mirarás la alegría de los niños
el entregar del anciano sus deberes
Al llegar la estrella del destino
Pleno entonces regocijo interno
No habrá oscuridad, burla ni temor alguno
Que pueda arrancar tu alma pura
Del camino hermoso que escogiste
Ni borrar los pasos presurosos del futuro
Tus acciones serán guía segura
Repartiendo amor en todas ellas

Martes, el férreo Roble

Mira desde lo alto, vigilante 
Por su coraje conocido entre los suyos
Y por los que atraviesan el bosque,
Le han visto soportar tormentas, rayos, el
Pasar de los años y otros …
Cobijar amorosamente
Entre sus brazos aves pequeñas y grandes,
y uno que otro niño 
Brincando alegre entre sus fuertes ramas
Como ardillas y monitos juguetones
Tus alas abres siempre para todos
Cuando floreces engalanas tu presencia
a veces son suaves violetas y
Amarillos, otras rosas y encendidos amarillos
Alfombras la tierra para entonces y tu aroma
Vuelca presuroso pájaros picoteadores
La solidez de tu robusta vida y el coraje
Que muestras está en el enraizar
Profundo de la tierra 
Quien te brinda las sustancias que a la luz
Del sol transformas en fuente 
De vitalidad continua
Oh noble roble caballero, y cuando al fin tus fuerzas
Decaen con el paso de los años
Entregas generoso tu frondoso cuerpo
Al hombre para que haga entonces
Un refugio hermoso en la pradera
Así como semillas promisoras de otros tantos
Hermosos robles se erigirán luego en soledad de los
Bosques en la continuidad perpetua de su servicio noble

Oh Hombre! Aprende de este Roble


Pintura:

El Roble Grande Obra de Gustave Courbet

Seminarios de Verano en Francia con Michel Joseph

Michel Joseph tournant spirituel
Anthroposophie, Biographie, Astrosophie, Art social
Programme des séminaires d'été 
du manoir de Montaphilant
4 rue de Montaphilant 10290 Trancault

Du 15 juillet au 15 août : séminaires de 4 à 5 jours

Animés par Wim Veltmann (pédagogue Waldorf, historien, écrivain, conférencier, fondateur du cercle des amis de l'Europe spirituelle); Sylvie Richterova (Professeur à l’université de Rome, écrivain) et Michel Joseph (Docteur en philosophie, fondateur de la revue anthroposophique «Tournant», conférencier, formateur en cosmo-biographie et art social).

Thèmes des séminaires:

1) l'Europe de l'avenir et sa préfiguration chez les Templiers -15 au 19 juillet
2) Eurosophia : les âmes, cultures, langues des peuples européens -19 au 22 juillet
3) biographie, réincarnation et karma 
-24 au 27 juillet
4) l'étude du ciel prénatal et sa projection sur la biographie -29 juillet au 1er août
5) la naissance des nouvelles facultés spirituelles et sociales et l'année 2012 –2 au 5 août
6) les 12 sens, étude et observation, leur rôle vers l'extérieur et vers l'intérieur –7 au 10 août
7) le langage, expression du double ou de l’archange ? –11 au 15 août

Belle piscine pour nager et pour bains revitalisants (eau de source régénérante), proximité de la ville médiévale de Provins avec ses festivals d’été. 

Chaque séminaire commence à 15h et se termine à 12h Participation demandée : 350 euros, repas et hébergements compris 

- possibilité de réductions. 

- Contact, réservations, programmes détaillés : montaphil@yahoo.fr 
ou ( ++33)-(0)130713765

Sur son domaine d'un peu moins d’un hectare, avec ses 4 tours, ses 2 anciens fours à pain, sans oublier ses deux cryptes, le manoir de Montaphilant remonte au XIIème siècle. Ancien lieu druidique et alchimique, puis Commanderie de templiers, c'est ce dont témoigne sa source d’ « eau sacrée », située sur la ligne des dolmens et menhirs de l’Aube. La piscine de 12 m x 6m et le jardin d’agrément complètent agréablement le plaisir des hôtes de passage.
Le manoir est situé dans le petit village de Trancault-le-Repos, à 13 km au sud de Nogent-sur-Seine, en limite des 3 départements de Seine-et-Marne, Aube et Yonne. Plusieurs petites rivières et un étang, au long de belles promenades, offrent des opportunités aux pêcheurs.
Ce manoir a été acheté pour en faire un centre culturel et de vie d’où puisse rayonner l’anthroposophie et ses activités, c’est aussi une «Maison de l’Europe spirituelle» (association Eurosophia).

Accès : La gare de Nogent sur Seine où nous pouvons vous prendre et vous ramener (participation de 11 euros) est à 55 minutes de Paris-Gare de l'Est (1h30 en voiture par l’A6). De l’Est et du Sud en train : à 1h 20 de Chaumont, ou moins de 3 h de Dijon.

Revue et éditions TOURNANT 
Tournant 15 rue Georges Clemenceau 78400 Chatou
Tél. 0130713765 revuetournant@yahoo.fr
Nouvelles parutions:
- le n° 18/2 de Tournant est paru, les sujets abordés concernent la situation actuelle : les problèmes de la science et de la technique, notamment à propos des centrales nucléaires et des esprits élémentaires, le lien entre la culture du je et l’industrie automobile ; également la crise et les problèmes de l’Europe, quelles sont les vraies fonctions de l’argent et des banques ; les tâches des anthroposophes dans la société d’aujourd’hui, etc. 
Envoi contre 12 euros+port 2 euros, ou sur abonnement. Abo : 80 euros (4 revues + 3 suppléments livres) ou sinon 50 pour 4 revues sans les suppléments. 
- Livres : «La solitude (corps, âme, esprit») de Adam Bittleston, 126 p. 15 euros+ 2 euros (port); «La guérison d’un suicide par delà la mort» 15 euros + port; «Sexualité et Science de l’Esprit» par Misha Kniazeff & Lucio Russo, 15 euros+port ; «Ce que nous disent les esprits de la nature » par Wolfgang Weirauch , 250 pages, 22 euros+port.
- Autres livres à paraître : « Dante, un courant spirituel très actuel » par Wim Veltman; «Guide de la perception spirituelle » par Dennis Klocek.

domingo, 24 de junio de 2012

PROLOGO E INTRODUCCION A TEOSOFIA-R.Steiner


R.Steiner
TEOSOFIA




PRÓLOGO
Lo que se dijo con motivo de publicarse la segunda edición puede
decirse también en la presente. Asimismo, se han intercalado en ésta algunas
ampliaciones y notas que nos parecen importantes para la mejor comprensión
de lo que explicamos; en cambio, no hemos sentido ninguna necesidad de
introducir modificaciones esenciales en él contenido de las ediciones primera
y segunda y también en lo que hemos expresado sobre él propósito de esta
obra cuando se publicó por primera vez. Tampoco el prólogo de la segunda
edición necesita ser modificado; por eso lo reproducimos aquí tal como salió
en la primera edición con el agregado de lo que se dijo en la segunda.
En este libro se dará una descripción de algunas partes del mundo
Suprasensible. Quien concede valor únicamente al mundo físico juzgará estas
Descripciones como una vana creación de la fantasía; pero quien anhela
Conocer el sendero que conduce más allá del mundo de los sentidos,
Comprenderá, en seguida, que es sólo por el conocimiento de otro mundo, que
la vida humana adquiere valor e importancia. No tiene justificación el temor
de muchos, que por causa de semejantes conocimientos el hombre se aparte de
lo que se llama la vida real; por el contrario, por medio de ellos, se hará capaz
de tomar una posición firme y segura en esta vida, aprendiendo a conocer las
causas, mientras que, sin tales conocimientos, tiene que buscar a tientas, como
un ciego, el camino a través de los efectos. La realidad sensible adquiere
Significado sólo por medio del conocimiento de lo suprasensible; de
Consiguiente, quien la obtiene no se hace inhábil, sino más hábil para la vida.
Sólo quien comprenda perfectamente la vida puede convertirse en un hombre
Verdaderamente práctico.
El autor de este libro no describe cosa alguna de la cual no pueda dar
Testimonio con su propia experiencia, con ese género de experiencia que se
Adquiere en este campo, nada se expondrá que no haya sido experimentado por
el autor.
Pero esta obra no deberá leerse como se suele leer libros en nuestra
Época, el lector tendrá que conquistar con asiduo trabajo cada página y, alguna
vez también una simple frase. Y esto se ha hecho así deliberadamente, porque
Únicamente de esta manera el libro será lo que tiene que ser para el estudioso.



Para quienes quieran recorrerlo solamente resultará como si no hubieran
leído absolutamente; las verdades que aquí se enuncian tienen que ser
Experimentadas. Solamente en este sentido la Ciencia Espiritual tiene valor.
Este libro no puede ser juzgado con el criterio de la ciencia corriente, si
el punto de vista para tal juicio no ha sido adquirido del mismo libro. Pero si
el crítico acepta este punto de vista, ciertamente verá que cuanto aquí se
expone no está en contradicción con el verdadero espíritu de la ciencia. El
autor sabe que no ha querido ponerse en conflicto con su propia
escrupulosidad científica en una sola palabra de su obra.
Si alguien quisiera encontrar por otra vía las verdades que se exponen
en este libro, podrá encontrarlas también en la “Filosofía de la Libertad”. Los
dos libros, por distintos caminos tienden al mismo fin; el estudio de uno no es
indispensable para la comprensión del otro, aun cuando para algunos pueda
resultarle beneficioso.
Quien quiera hallar en las páginas que siguen las últimas verdades quizá
sufra alguna desilusión. El autor ha querido dar por el momento solo las
verdades fundamentales del vasto campo de la Ciencia Espiritual.
Ciertamente, es propio de la naturaleza humana querer que se responda
en seguida a cuestiones como las del principio y el fin del mundo, el objeto de
la existencia y de la esencia de Dios, pero quien, en cambio de palabras y
conceptos intelectuales, procura verdadero conocimiento para la vida, deberá
saber que en un escrito que trata del principio del conocimiento espiritual, no
se deben decir cosas que corresponden a grados más elevados de la sabiduría.
Sólo a quien comprenda estos principios le resultará clara la manera como se
deben exponer los problemas de orden superior; de esto se ocupa el mismo
autor en la obra “La Ciencia Oculta” que es la continuación de ésta.
Como complemento del prefacio a la segunda edición se agregan aquí
las siguientes palabras.
Actualmente quien ofrece al público una exposición de hechos
suprasensibles debe saber dos cosas: primero, que nuestra época tiene
necesidad de cultivar los conocimientos suprasensibles; segundo, que en la
presente vida intelectual predominan innumerables ideas y sentimientos que
para mucha gente hacen aparecer semejantes descripciones como un fárrago
de sueños fantásticos. La época actual tiene necesidad de conocimientos
superiores, porque todo lo que el hombre aprende en torno al Universo y a la
vida, hace surgir en él una cantidad de preguntas a las que sólo se puede
responder mediante las verdades suprasensibles; y puesto que es inútil hacerse
ilusiones, todo lo que nos dice la actual corriente intelectual en torno a los
fundamentos de la existencia, no es una respuesta para el alma que siente más

Profundamente, sino una serie de preguntas alrededor de los grandes enigmas
Del Universo y de la vida. Es posible que por algún tiempo alguien se ilusione
Creyendo haber dado con “los resultados de hecho rigurosamente científicos”
y con las consecuencias que algún pensador moderno haya educido, la
Solución de los problemas de la existencia: pero cuando el alma desciende a
las profundidades a que debe llegar, se comprende verdaderamente a sí
Misma; entonces lo que al principio parecía ser una solución se le aparecerá
Como un estímulo al formularse la verdadera pregunta. Y la respuesta a esta
Pregunta no debe satisfacer únicamente una curiosidad del género humano,
Porque de ella depende la tranquilidad interna y la armonía de la vida del
Alma. La conquista de esa respuesta no sólo satisface la sed de saber, sino que
Hace al hombre capaz para el trabajo y para su misión en la vida, mientras que
La falta de solución de esos problemas paraliza su alma y, finalmente, su
Cuerpo. El conocimiento de lo suprasensible no es simplemente algo para
Nuestras necesidades teóricas, sino para la verdadera práctica de la vida. Por
esto, teniendo presente el género de vida intelectual de ahora, el conocimiento
Espiritual es un campo de conocimiento indispensable para nuestra época.
Por otra parte, nos hallamos ante el hecho de que muchos rechazan con
la mayor energía lo que para ellos seria más necesario. Es tan convincente
para muchos el poder de ciertas opiniones construidas “sobre la base de
seguras experiencias científicas”, que no pueden menos de considerar como
Completamente desprovisto de sentido el contenido de un libro como éste.
Quien se disponga a exponer los conocimientos suprasensibles, no debe
Hacerse ilusiones absolutamente a este respecto. Es, naturalmente, grande la
tentación de exigir a un autor de este género, que aduzca “las pruebas
indiscutibles” de sus asertos. Pero quien pida esto, no se da cuenta que se
engaña a sí mismo, porque pide, sin ser perfectamente consciente, no las
pruebas inherentes al asunto mismo, sino las que él quiere o las que está en
condiciones de reconocer. El autor sabe que este libro no contiene nada que no
pueda ser reconocido por quien se funda en las nociones actuales de la
Naturaleza; está convencido que han sido satisfechas todas las exigencias de la
ciencia natural; y que, precisamente por esto, se puede juzgar bien fundada la
descripción que aquí da de los mundos superiores. La mente habituada a las
concepciones de la ciencia natural debería sentirse familiarizada con este
género de descripciones; quien piensa así, juzgará ciertas discusiones de la
manera caracterizada por la frase, verdaderamente profunda, de Goethe: “No
es posible refutar una doctrina falsa que se funda sobre la convicción, que lo
falso es verdadero. Las discusiones son perfectamente inútiles para quienes
reconocen como verdaderas, únicamente las pruebas que están conformes con su manera de pensar, pero quien conoce la esencia de la “prueba”, sabe perfectamente que el alma humana encuentra la verdad por otras vías que no por las de la discusión”. Con este convencimiento se da a la publicidad lapresente edición de este libro.


INTRODUCCIÓN
Cuando Johann Gottlieb Fichte, en el otoño de 1813 daba al público su
enseñanza como fruto maduro de una vida enteramente consagrada al servicio
de la verdad, decía al comienzo de ella: “Esta ciencia presupone un nuevo
órgano de sentido interior, por el cual se revela un mundo nuevo, que no existe
para el hombre corriente”. Y a continuación demostraba por medio de una
comparación, cuan incomprensible había de ser ésa, su enseñanza, para aquel
que la juzgara según los conceptos que le transmitieran los sentidos
ordinarios: “imaginaos un mundo habitado por ciegos de nacimiento, que
conocen de los objetos y de las relaciones entre ellos, sólo lo que pueden
concebir por medio del tacto. Habladles de los colores y de los otros
fenómenos que solamente existen por medio del color y para la vista. Vuestro
discurso no tendrá sentido para ellos, y podríais daros por contentos si os lo
dijeran, porque así os daríais cuenta de vuestro error, y cesaríais de hablarles,
porque sería inútil ya que no podríais abrirles los ojos”. Ahora bien, el que
habla al hombre de cosas semejantes a las que trata Fichte, se encuentra muy a
menudo en situación análoga a la del vidente entre ciegos de nacimiento. Sin
embargo, estas cosas son las que se refieren a la verdadera entidad humana y a
su más elevada meta. Y creer que es necesario “cesar de hablar porque es
inútil”, sería lo mismo que desesperar de la humanidad. Al contrario, no debe
dudarse un instante de que, con relación a estas cosas, es posible “abrir los
ojos” de quien demuestre buena voluntad para ese fin. Con esta suposición
han hablado y escrito todos aquellos que sentían haber desarrollado el “órgano
del sentido interno” para conocer el verdadero ser del hombre que se oculta a
los sentidos externos. Esta es la razón por la cual desde los tiempos más
remotos siempre se ha hablado de tal “sabiduría oculta”. El que ha adquirido
algo de ella, siente que tal conquista es tan segura, como con ojos perfectos se
tiene un concepto seguro de los colores; para el, esta “sabiduría oculta” no
requiere “pruebas”. Sabe, además, que no puede carecer de pruebas nadie que,
como él, haya desarrollado el “sentido superior”. A tal persona puede
hablársele; lo misino que uno que haya viajado puede hablar de América a
quienes no la han visto, pero que pueden formarse idea de ella, porque verían
todo lo que el viajero ha visto, si se les presentara la oportunidad.
Pero el que ve lo sobrenatural, no debe hablar tan sólo para los
investigadores del mundo espiritual. Tiene que dirigir sus palabras a la
humanidad entera, pues tiene que informar sobre cosas que a toda ella
conciernen. Sabe, además, que sin el conocimiento de esas cosas, uno no
puede, en el verdadero sentido de la palabra, llamarse y vivir como “ser
humano”, y aun cuando se dirige a todos, sabe, no obstante, que hay diferentes
grados de comprensión para lo que ha de comunicar. Sabe que también
aquellos que están lejos aún del momento en que puedan iniciar
investigaciones espirituales por sí mismos, pueden entenderle porque el
sentimiento y la comprensión para la verdad son inherentes a todo hombre. Y
comienza a dirigirse a esa capacidad de comprensión que puede brotar en toda
alma sana. Sabe que en esta comprensión existe una fuerza que
paulatinamente conducirá a grados superiores de conocimiento. Este
sentimiento que, al principio, no ve nada absolutamente de lo que se le dice,
es precisamente la fuerza mágica que abre los “ojos del espíritu”. Este
sentimiento surge en la obscuridad. El alma no ve, pero por este mismo
sentimiento llega a compenetrarse del poder de la verdad; y luego,
gradualmente la verdad se apodera del alma y abre en ella el “sentido
superior”. Una persona tardará más, otra menos, pero quien tenga paciencia y
firmeza conseguirá su objeto. Porque si no es posible operar a todos los que
son físicamente ciegos, el ojo espiritual puede abrirse en cada uno, siendo
este despertar sólo cuestión de tiempo.
La erudición y la cultura científica no son condiciones indispensables
para abrir este “sentido superior”. Puede desarrollarse en el hombre sencillo
como en el de mayor ilustración. Lo que en nuestros días se acostumbra llamar
“ciencia única”, puede llegar hasta a constituir un obstáculo para alcanzar tal
fin. Porque esta ciencia, únicamente, reconoce como “real” lo que perciben los
sentidos comunes. Y por altos que sean sus méritos con relación al
conocimiento de esta realidad, cuando se declara competente para dictaminar
en todo lo que concierne al saber, crea abundantes prejuicios que impiden la
consecución de las realidades superiores.
A lo que se acaba de decir, se objeta con frecuencia que existen “límites
infranqueables” para nuestros conocimientos y que, no pudiendo pasar de
estos límites, debiéramos desechar todos los conocimientos que no respetaran
tales “límites”. De modo que se considera muy presuntuoso al hombre que
pretende saber algo sobre cosas que, según muchos, se encuentran más allá de
los “límites” de la capacidad humana para conocerlas. Al formularse
semejante objeción, no se considera que a los conocimientos superiores les
deba preceder el desarrollo de las capacidades para obtener tales
conocimientos. Lo que antes de tal desarrollo se encuentra más allá de dichos
límites, estará enteramente al alcance de nuestro conocimiento, una vez
despertadas las capacidades que dormitan en todos nosotros. Sin embargo, hay
algo en esto, que se debe considerar con atención. Uno podría decir: ¿De qué
sirve hablar a la gente de cosas que están fuera de su alcance, desde que no
tiene desarrollado el poder de percibirlas?. Pero tal razonamiento es erróneo.
Ciertamente, se requieren ciertas facultades para hacer investigaciones y
encontrar las cosas de que se trata, pero los resultados que se obtienen son
comprensibles a toda persona a quien se les comuniquen, si se emplea una
lógica imparcial y un criterio sano para juzgar la verdad. El contenido de este
libro es tal, que quien lo perciba con mente amplia y sentimiento sano, y desee
desenvolver sus facultades de pensar de manera amplia y sin prejuicios,
obtendrá la sensación de que es posible ocuparse de los enigmas de la vida
humana y de los fenómenos del Universo, con resultado satisfactorio. Puede,
cada uno, formularse la pregunta: si lo que aquí se manifiesta es cierto ¿Habrá
en ello una explicación de la vida que pueda satisfacer?. Y encontrará que su
propia vida le da la confirmación.
En cambio, para ser Maestro en estas regiones superiores de lo
existente, no basta, simplemente, con que se haya despertado en el hombre el
sentido para percibirlas. Para tal propósito es indispensable que haya
adquirido la ciencia de esas regiones, como se requiere poseer ciencia para sor
maestro en lo que concierne a la realidad común. La vista superior no basta
para ser un sabio en las cosas del mundo espiritual, como nadie llega a la
sabiduría en el mundo físico sólo con el perfecto desarrollo de sus sentidos. Y
como es cierto que ambas realidades — la corriente y la espiritual — son,
simplemente, dos aspectos de una sola entidad fundamental, el hombre
ignorante de los conocimientos elementales, muy probablemente lo será
también de los superiores. Este hecho crea un sentimiento de inmensa
responsabilidad en quien — por vocación espiritual — siente que tiene que
hablar de las regiones espirituales de lo existente, y le impone modestia y
reserva. Pero este hecho no debe ser un impedimento para ocuparse de las
verdades superiores ni para aquellos que por su género de vida no pueden
dedicarse al estudio de las ciencias comunes. Porque si bien uno puede
cumplir perfectamente con sus deberes de hombre sin saber nada de botánica,
zoología, matemáticas o de otras ciencias, no puede, en toda la amplitud de la
palabra ser hombre, sin haber percibido algo de la esencia y del destino del
hombre revelado por el saber de lo suprasensible.
A lo más alto a que el hombre puede elevar su mirada, lo llama Divino
y debe pensar que su ulterior destino tiene que estar relacionado con esa
Divinidad. Por esta razón, tenemos derecho a llamar Sabiduría Divina o
Teosofía a la sabiduría que está más allá de lo que perciben los sentidos, y que
revela al hombre su propio ser y su destino. Puede denominarse Ciencia
Espiritual al estudio de los fenómenos espirituales en el hombre y en el
Universo. Pero tratándose especialmente del ser espiritual del hombre, como
ocurre en este libro, emplearemos el término Teosofía, que ha sido usado en el
mismo sentido desde hace siglos.
Animados por el propósito que acabamos de enunciar, daremos en esta
obra una concepción teosófica del mundo. El autor no expondrá nada que para
él no sea un hecho, del mismo modo que un fenómeno físico es un hecho para
la vista, el oído y el intelecto común. Se trata, en verdad, de experiencias al
alcance de cualquiera que se decida a entrar en el Sendero del conocimiento,
que tiene un capítulo en esta obra. Frente a los hechos del mundo
suprasensible, es preciso reconocer que el pensamiento recto y el sentimiento
sano, son aptos para comprender los verdaderos conocimientos que se pueden
obtener en los mundos superiores, y que esta misma comprensión constituye
una sólida base que equivale a un paso importante hacia el desarrollo de la
capacidad vidente, aunque para obtener esta última se requiere algo más.
Desdeñar este sendero y querer penetrar en los mundos superiores sólo por
otros métodos, significa cerrarse la vía al verdadero conocimiento superior.
Tener por norma no reconocer la existencia de los mundos superiores hasta
después de haberlos visto, es un obstáculo para llegar a conocerlos. La
voluntad de querer comprender por medio del recto pensamiento lo que más
tarde podrá estar al alcance de nuestra observación, favorece el desarrollo de
la facultad vidente, estimula fuerzas esenciales del alma que conducen a esta
facultad.


COLECCION ANTROPOSOFICA