viernes, 7 de enero de 2011

ASTROLOGÍA Y ESPÍRITU Las Constelaciones en 2009

Los acontecimientos sociales, un reflejo del cosmos.

Desde que en el año 1984 descubrí el Calendario de siembras de María Thun hasta hoy, he seguido con gran interés el movimiento de los planetas año tras año, tratando de descubrir o de anticipar con más o menos acierto según mi modesta capacidad, las relaciones entre los sucesos meteorológicos y las diversas constelaciones que los Planetas formaban en su danza por el Cosmos. A lo largo de estos años he podido comprobar que ciertas constelaciones se relacionan con las sequías, otras con las inundaciones, el frío, el buen tiempo y todo tipo de manifestaciones atmosféricas de nuestra Tierra.

Sin embargo nunca tuve interés en otro tipo de acontecimientos que pudieran ser un reflejo de los aconteceres cósmicos, tales como sucesos sociales, políticos o económicos, o el carácter de personalidades individuales, ya que desde mi punto de vista el Hombre se ha de emancipar cada vez más de la influencia externa del cosmos, y cualquier tipo de condicionamiento basado en su carta Astral es un obstáculo para esa emancipación.
Más hay que ser conscientes de que nuestro Cuerpo Astral en la mayoría de las personas es todavía más fuerte que nuestro Yo y que éste a su vez está muy influenciado por los Astros (como su propio nombre indica).

El Hombre tiene al igual que los animales un Cuerpo Astral, pero los animales son dirigidos por su Yo superior que se encuentra en el Cosmos, en el Zodiaco y les dirige sabiamente desde el instinto que impulsa a cada especie a realizar lo correcto como ave, como herbívoro, como carnívoro, como pez, insecto,…

En la medida que el Hombre vaya fortaleciendo y desarrollando su Yo (que a diferencia de los animales no se encuentra en el cosmos sino en la Tierra), irá transformando en igual modo su Cuerpo Astral en Alma Consciente, que permitirá una completa emancipación de la influencia del Cosmos, el Yo Espiritual ya en la sexta época, comenzará a transformar el Cuerpo Etérico y la influencia de los planetas y las constelaciones sobre el Hombre cada vez será menor, ya que su propio Espíritu será su Sol interior.

Más esto no se va ha producir de manera uniforme y simultánea en todos los seres humanos, ya que sabemos que una parte importante de los hombres se van a escindir de la evolución correcta, en lo que en Antroposofía se conoce como la “separación de las razas”, dando lugar a una raza buena y otra raza maligna que culminará al final de la séptima época en una confrontación sin precedentes a la que Rudolf Steiner denomina “la lucha de todos contra todos” y que tendrá unas consecuencias similares al final de la Lemuria o de la Atlantida.

Pero hasta llegar a eso faltan al menos ‘cinco mil años’, antes de lo cual hemos de superar aun muchas pruebas por el camino.

En muchas ocasiones he leído en conferencias de Rudolf Steiner, la recomendación de mirar hacia el Cosmos si se quieren comprender los acontecimientos sociales, o de ciertas epidemias, o de otras calamidades que han sucedido a lo largo de la historia evolutiva del Hombre, Steiner alude una y otra vez en diferentes ciclos de conferencias a lo largo de su vida a la observación de las manchas solares o a constelaciones que se han producido de forma simultánea a acontecimientos históricos relevantes.

Reconozco que hasta ahora nunca hice mucho caso a esa recomendación, a excepción de los aspectos meteorológicos o agrícolas que eran de mi interés personal y no le presté mucha atención a otros aspectos de la vida, sin embargo en el pasado otoño de 2008 se han dado en mi vida algunos aspectos “sincrónicos” como diría Jung, que han confluido en el tiempo y me han hecho reflexionar acerca de la actual situación mundial socioeconómica.

En primer lugar haré referencia al último libro de Steiner que se ha traducido y publicado a fecha de hoy por la editorial Rudolf Steiner www.editorialrudolfsteiner.com con el título siguiente: “Los Síntomas de la Historia Moderna”, el título no lo he comprendido hasta que no he leído casi todo el libro, pues en estas conferencias no se abordan los acontecimientos históricos del mismo modo en que se hace por parte de los historiadores modernos, que parten del prejuicio de que el acontecer histórico se concatena linealmente y consideran que
un acontecimiento previo es la causa de otro posterior. En estas conferencias Steiner trata de llamar la atención sobre lo que él considera los síntomas de nuestra época de Alma Consciente y de lo que le sucede al Hombre y a la Tierra durante éste proceso evolutivo.
Recomiendo su lectura a todo aquel que quiera profundizar en el devenir histórico y superar el actual concepto materialista que impregna todas las actividades humanas de nuestra época.

A continuación reproduzco íntegramente unos párrafos de la tercera conferencia del 20 de octubre de 1918, páginas de la 102 a la 108:

Lo más deseable es basar las propias opiniones en hechos y no sobre apreciaciones subjetivas, por cuanto en la época del Alma Consciente nada hay más peligroso que entregarse o mostrar predilección por las opiniones personales o los prejuicios. Para desarrollar el Alma Consciente no debemos permitirnos caer involuntariamente en el dogmatismo; la fuerza motriz de nuestros pensamientos y acciones debe estar determinada por hechos. Eso es importante. Bajo la superficie de la evolución histórica existe un conflicto fundamental entre la aceptación de aquello que consideramos correcto y la fuerza de los hechos. Esto es de particular importancia cuando estudiamos historia, por cuanto jamás tendremos una visión real de la misma a menos que la veamos como una verdadera maestra. No debemos forzar los hechos para que se ajusten a la historia, sino permitir que la historia hable por sí misma. En este aspecto, el mundo entero ha olvidado mucho en los últimos cuatro años. A los hechos apenas se les permite hablar por sí mismos; solo escuchamos aquello que consideramos que son los hechos. Esta situación persistirá durante un largo período y nuestra capacidad para aprehender la realidad objetivamente se demorará lo mismo. En la época del Alma Consciente lo que importa, en todos los ámbitos de la vida, es una aprehensión objetiva de la realidad; debemos empeñarnos en adquirir una actitud imparcial hacia ella.

Nuestra época reclama -si deseamos ver mas allá de los síntomas de la historia (sobre lo que hablaré en mis próximas conferencias)- que centremos nuestra a atención en aquellas fuerzas espirituales que puedan restaurar la creatividad del hombre. El hombre debe abrirse a las fuerzas suprasensibles a fin de que aquello que prepara su Yo Espiritual pueda penetrar en él; de lo contrario las vías al Yo Espiritual le estarán cerradas. El hombre debe, en consecuencia, familiarizarse con aquello que es espíritu puro, con aquello que pueda penetrar hasta el centro de su vida psíquica.

En el momento que esté preparado para volver su atención a este centro de su vida anímica, por medio de un estudio sensato de los síntomas históricos, estará preparado también para examinar con mayor objetividad los acontecimientos de la periferia.
Existe en el hombre una polaridad -el centro psíquico y la periferia. A medida que penetra con mayor profundidad en su vida psíquica y espiritual, alcanza este centro. En éste, debe abrirse a aquellos impulsos históricos que ya he descrito. Así sentirá un creciente deseo por el espíritu si desea familiarizarse con la realidad histórica. Inversamente, sentirá también un deseo para llegar al polo opuesto en la periferia Desarrollará un entendimiento de lo que le empuja la periferia -su naturaleza somática. Si hay que mirar dentro, a los síntomas subyacentes como ya he señalado, para comprender la historia, entonces para comprender la medicina, por ejemplo, los servicios médicos de higiene y salud, debemos mirar hacia fuera, a los ritmos cósmicos para detectar el origen de los síntomas patológicos.

Del mismo modo que la historia moderna fracasa al penetrar las realidades espirituales, así también fracasan la medicina moderna y los servicios médicos de higiene y salud al penetrar los síntomas que tienen un origen cósmico. A menudo he puesto énfasis en el hecho de que el individuo no puede ayudar a su prójimo, por muy honda que sea su perspicacia para los problemas actuales, por cuanto hoy están en manos de aquellos que buscan la solución errónea. Los problemas deben ser la responsabilidad de quienes se mueven en la dirección apropiada. Está claro que, así como eran ciertos los aspectos externos de Jacobo I, como he señalado antes, también es cierto que, desde el punto de vista externo, un cierto tipo de bacilo está relacionado con la actual epidemia de gripe. Si bien es cierto, por ejemplo, que las ratas son portadoras de la peste bubónica, no se puede afirmar que las ratas son las responsables de la peste. La gente siempre ha imaginado que la peste bubónica era difundida por las ratas. Los bacilos, como tales, no están desde luego relacionados con la epidemia. En fenómenos de esta naturaleza debemos percatarnos de que, del mismo modo que detrás de los síntomas de la historia nos encontramos con experiencias psíquicas y espirituales, así también detrás de los síntomas somáticos nos encontramos con experiencias de orden cosmológico En otros casos, por supuesto ¡la situación será diferente! Lo que es particularmente importante aquí es el curso rítmico de los acontecimientos cósmicos esto es lo que debemos estudiar. Nos preguntamos ¿bajo qué constelación vivíamos entonces, en los noventa, cuando la actual epidemia de gripe apareció en su expresión más benigna? ¿Bajo qué constelación cósmica estamos viviendo ahora? ¿En virtud de qué ritmo cósmico aparece la epidemia en la actualidad de forma más virulenta que en los noventa? Del mismo modo que debemos buscar un ritmo detrás de los síntomas históricos, así también debemos buscar el ritmo que existe detrás de la aparición de ciertas epidemias. En las regiones volcánicas de Italia basta con sostener una llama viva sobre uno de los orificios para que vapor y gases surjan del volcán dormido. Esto demuestra que si se realiza una cierta acción por encima de la superficie terrestre, la naturaleza reacciona produciendo estos efectos. En vista de que sus rayos se dirigen diariamente a la Tierra ¿consideráis imposible que ocurra algo en el Sol que tenga un significado para las emanaciones terrestres y guarde relación con la vida del hombre, y que esta relación varíe con arreglo a los diferentes sitios geográficos? ¿Creéis que podemos llegar a entender algo de estos asuntos si no estamos preparados para aceptar una verdadera cosmología fundamentada en el conocimiento de alma y el espíritu? La afirmación de que la tendencia del hombre a recurrir a la guerra está relacionada con la aparición periódica de manchas solares es considerada, desde luego, absurda. Sin embargo se alcanza un punto en el que afirmaciones de esta clase dejar, de ser absurdas, cuando se advierte que ciertas manifestaciones patológicas en la vida emocional están relacionadas con fenómenos cosmológicos tales come la aparición periódica de manchas solares. Y cuando esos pequeños seres, diminutos tiranos -bacilos o ratas-, realmente transmiten, de un humano a otro, cosas que guardan relación con el cosmos, entonces esta transmisión es sólo un fenómeno secundario.

Esto tiene fácil demostración y en consecuencia, puede obtener una amplia aprobación popular - pero no es la cuestión principal; y no entenderemos la cuestión fundamental si no tenemos, también, voluntad de estudiar los síntomas periféricos.
No creo que el hombre adquiera una visión más razonable y universal de la historia si no estudia los síntomas de la historia bajo la óptica del conocimiento suprasensible, tan necesario para la humanidad del presente.

Los hombres sólo conseguirán resultados en los campos de la salud, higiene y medicina si estudian, no los síntomas históricos sino los cosmológicos. Las enfermedades que padecemos en la Tierra son visitas del cielo. Para entender esto debemos abandonar las ideas preconcebidas que prevalecen en la actualidad. Tenemos una explicación fácil: hay un Dios omnipresente... pero mientras reconocemos la presencia de Dios en la historia, en el presente la humanidad es incapaz de explicar los diversos fenómenos dañinos que ralentizan la historia.

Cuando nos enfrentamos con una situación como: de los últimos cuatro años (1914-1918), entonces este asunto de un solo Dios en la historia se presenta como extremadamente dudoso, debido a que este Dios en la historia tiene la curiosa costumbre de multiplicarse de modo que cada nación defiende su Dios nacional y provoca a otras naciones alegando la superioridad del Dios propio.

Cuando de nosotros se espera que echemos una mirada a la cosmología, al tiempo que nos mantenemos cómodamente aferrados a este Dios único, entonces este mismo Dios nos inflige las plagas. Sin embargo, cuando somos capaces de acceder a la idea de la trinidad, Dios, Lucifer y Ahrimán, cuando tomamos consciencia que esta trinidad del mundo suprasensible está detrás de los síntomas históricos, cuando sabemos que esta trinidad está presente en el universo cósmico, entonces no es necesario apelar al Dios bueno". Sabemos entonces que los cielos nos envían las epidemias en virtud de su asociación con la Tierra, del mismo modo que puedo provocar los vapores sulfúricos al sostener una llama viva sobre una solfatara. Solo podemos avanzar en la causa del progreso durante la época del Alma Consciente cuando los hombres reconocen la validez de las realidades espirituales. Todo depende, en consecuencia, de una sola meta: el empeño en la búsqueda de la verdad.Rudolf Steiner.

Indicaciones como estas, son las que me animaron hace muchos años a realizar un trabajo de observación de los fenómenos meteorológicos, del crecimiento de las plantas, del comportamiento de ciertos animales, que en algunas circunstancias se convertían en plagas, y de forma paralela realizaba un seguimiento del desplazamiento de los Planetas por el Cosmos, con la ayuda de los calendarios de María Thun y de las Efemérides Astronómicas Raphael, pude establecer muchas conexiones entre las Constelaciones del Cielo y los fenómenos que se manifiestan en la Tierra en los reinos de la naturaleza.
Sin embargo no tuve la misma inquietud de observación de los aspectos sociales, o al menos no lo hice de una forma tan sistemática, como lo hice en el campo agrícola, con el que me siento más identificado por mi historia personal, y que me ha vinculado desde hace muchos años con los fines de la Asociación de Agricultura Biodinámica de España, además la Historia no es un tema que domine lo suficiente como para realizar un trabajo tan profundo y que requiere mucho tiempo y fuerzas.

Por suerte, parece que ha habido alguien que sí ha realizado este trabajo de una manera rigurosa y a mi modo de ver en la línea sugerida por Steiner, en cuanto a objetividad, cosa que suele ser en general muy difícil de practicar por los historiadores, que suelen dejarse llevar por sus ideologías y simpatías a la hora de narrar los acontecimientos históricos.
Casi a la vez que llegó a mis manos el libro con las conferencias de Steiner “Los Síntomas de la Historia Moderna”, lo hizo otro libro de Richard Tarnas titulado: “Cosmos y Psique”, se trata de una densa obra de más de 700 páginas, y considero que se trata de un trabajo muy recomendable para quien quiera abordar la Historia, desde un enfoque diferente, al que habitualmente nos hemos acostumbrado y que nos puede ayudar a trascender el concepto mecanicista-materialista del Cosmos, que predomina en estos momentos. Quien quiera leer algunos comentarios de este libro antes de decidirse por su lectura puede hacerlo en este enlace: www.atalantaweb.com/libro.php?id=32 Fernando López, realizador de la revista “La Fertilidad de la Tierra”, conocedor de mi costumbre de realizar cada año unas predicciones meteorológicas, basadas en la observación de los Planetas, fue quien me recomendó la lectura del libro de Richard Tarnas. Como ya dije, todo esto ocurrió de una forma que se puede llamar ‘sincrónica’ ya que yo, ya estaba en ese momento elaborando las predicciones meteorológicas de 2009 y me había llamado la atención varias constelaciones peculiares que se van producir en los próximos meses, las cuales yo no sabía muy bien como interpretar en el terreno social, por mi escasa información al respecto.

Sin embargo ahora con los nuevos datos que me ha aportado el libro de R. Tarnas, cuento con una valiosa información que pude ser de gran ayuda para tratar de interpretar las próximas “visitas del cielo”.
En primer lugar tenemos una constelación que Tarnas llama formación en T, que consiste en la relación de tres Planetas respecto a la Tierra, de modo que dos se encuentran en Oposición a 180º y un tercero está en Cuadratura a 90º con los otros dos de forma casi simultánea. Son Saturno en Oposición a Urano y Plutón en Cuadratura con ambos.
En segundo lugar tenemos una Conjunción 0º de varios meses de dos Planetas que están en la constelación de Capricornio, son: Júpiter y Neptuno.

Y en tercer lugar entre los meses de agosto y septiembre de 2009 se formará una “Cruz cósmica”, cuando a la formación en T se venga sumar la Oposición de Marte a Plutón.

Carta 1 del 7 de febrero de 2009
Podemos observar en la carta 1 del día 7 de febrero de 2009, como Saturno se encuentra en la constelación de Leo en fase retrógrada y a 180º en perfecta Oposición tenemos a Urano en el punto que separa las constelaciones de Acuario y Piscis. Sin embargo Plutón que se encuentra en la constelación de Sagitario, no forma por ahora una T con esa misma precisión, puesto que le faltan 12º para la Cuadratura con Urano y le sobran 12º para la Cuadratura con Saturno. No obstante según explica R. Tarnas en su libro, el efecto de estas constelaciones se manifiesta en un orbe de 10º a 15º, por lo que podemos considerar que la formación en T se encuentra dentro de este orbe, en el que los efectos ya se hacen sentir.
Para comprender cuales pueden ser esos efectos, voy a hacer alusión a posiciones similares que se han producido a lo largo de la historia y que son comentadas por R. Tarnas en su libro, lo cual se puede abordar desde diversas perspectivas: en cuanto a la relación de estos tres Planetas entre sí, y en cuanto a las relaciones de estos ‘aspectos duros’ que son la Oposición y la Cuadratura.
Con tan solo recordar las fechas en que se producen, estos aspectos duros entre Plutón y Saturno, por ejemplo, ya nos podemos hacer una idea de lo que hay entre bastidores en el momento presente:
Como se puede comprobar en los últimos 100 años, durante estas fechas hubo importantes crisis sociales y acontecimientos de larga trascendencia en muchos casos, además en todas ellas hay aspectos comunes y a la vez diferentes, ya que hubo coincidencia en algunas de las fechas con otros aspectos duros.
Si ponemos atención a una de estas fechas importantes en la que se forma una constelación en T, no igual a la que se produce en el presente, pero en la que intervienen los mismos Planetas: Saturno, Urano y Plutón, encontramos algunos aspectos comunes.
Me refiero a 1929 en la que hubo una gran crisis económica. Entonces Saturno estaba en Oposición a Plutón y en Cuadratura con ambos Urano, ahora en 2009 Saturno está en Oposición a Urano y en Cuadratura con ambos Plutón.
Veamos lo que nos relata R. Tarnas al respecto en su libro “Cosmos y Psique” dentro del capítulo ‘Ciclos de crisis y contracción’, páginas 342 y 343.
Fue de finales de 1929 a 1933 cuando la cuadratura más larga de Urano y Plutón, que se prolongó durante la mayor parte de los años treinta, se unió a Saturno desde el comienzo mismo, en lo que se conoce como formación cuadrática en T (dos planetas en oposición de 180° y un tercero en alineamiento cuadrático de 90° con ambos). Los tres planetas entraron en el punto medio exacto de la configuración –Urano a mitad de camino entre Saturno y Plutón a menos de 1º -, a finales de octubre de 1929, en total coincidencia con el hundimiento de la bolsa de valores de Wall Street, el 29 de octubre, «el día más nefasto en la historia de la bolsa de valores», que precipitó la primera fase de la Gran Depresión y contribuyó a poner en movimiento las tumultuosas agitaciones políticas de la década siguiente.

La cuadratura más larga de Urano y Plutón continuó durante los años treinta, en coincidencia con la conmoción social y política que catalizó movimientos de masas y el nacimiento de filosofías y partidos políticos radicales, agravó el malestar de los trabajadores, las huelgas y las manifestaciones estudiantiles y desató la violencia multitudinaria y las inmigraciones en masa.

La convergencia de los tres planetas en aspecto duro durante el período 1929 – 1933 parece correlacionarse con acontecimientos históricos que reflejan los temas característicos de los tres ciclos planetarios implicados: el ciclo de Saturno-Plutón, con su intensificación de los impulsos autoritarios y totalitarios, dificultades generales, quiebra económica y los otros fenómenos que se analizan en la presente sección; el ciclo de Urano-Plutón, con su permanente inquietud social y política, movimientos de masas, auge de programas políticos radicales y cambios demográficos a gran escala, que hemos observado en los capítulos precedentes, y un ciclo que todavía no hemos estudiado, el de Saturno-Urano.

Los períodos históricos en que Saturno y Urano entran en aspecto dinámico están marcados por temas fáciles de comprender en función de los principios arquetípicos asociados a esos dos planetas: la exacerbación de tensiones entre autoridad y rebelión, orden y libertad, estructura y cambio. A menudo, ambos principios arquetípicos se combinan e interpenetran contradictoriamente: revolución represiva, autoridad errática e impredecible, etcétera, como fue sin duda el caso durante el Terror en la Francia revolucionaria y la Revolución Cultural china, como se acaba de exponer. Particularmente frecuentes son en este ciclo las crisis y repentinos hundimientos de estructuras, choques y accidentes, súbitos fracasos y quiebras, tanto en el campo político como en el económico o el psicológico.

Esos fenómenos coinciden regularmente con alineamientos de aspecto duro del ciclo de Saturno-Urano; con la presencia adicional de Plutón en la configuración de tres planetas, es típico que se constele una dimensión particularmente masiva, abrumadora e incluso catastrófica. En el período de 1929 – 1933, las desestabilizaciones políticas y económicas (Saturno-
Urano) catalizaron repentinamente todo un abanico de fenómenos característicos de Saturno-Plutón: colapso económico pobreza y traumáticas dificultades personales a gran escala en todo el mundo, además del rápido ascenso de fuerzas autoritarias y totalitarias en Alemania, el fortalecimiento de Hitler y sus políticas antisemitas tras la caída del liberalismo alemán y la República de Weimar; en la Unión Soviética, el agravamiento de la represión de Stalin y el tremendo desastre que supuso para Ucrania la imposición de sus políticas de colectivización forzada, hambrunas generalizadas, el sistema de GULAG, el exilio y el desplazamiento obligado de millones de personas; la agresiva afirmación del militarismo fascista en Italia y Japón y el ascenso de los movimientos políticos fascista y comunista, que pujaban por tomar el poder en muchos otros países. Los economistas aún no han podido explicar adecuadamente la repentina recesión de 1929 – 1933 que sacudió los fundamentos de las estructuras mundiales y tuvo consecuencias a muy largo plazo. También en este período fue cuando se produjo y la división del átomo, en el Cavendish Laboratory, en 1932, lo que, con la repentina liberación de una energía titánica, representa otra forma de quiebra estructural, también con consecuencias futuras de enorme alcance. Fue la única cuadratura en T de Saturno, Urano y Plutón del siglo XX.
Un segundo aspecto a tener en cuenta para este año 2009 es la conjunción de Júpiter y Neptuno que se produce el 27 de mayo justo donde empieza la constelación de Acuario, su trascendencia es menor que otras posiciones, pues dura solo unos meses, es un ritmo que se repite cada 13 años, al que Tarnas no le dedica apenas tiempo de estudio, sin embargo este año al coincidir con la formación en T de Saturno, Urano y Plutón, puede tener un fuerza arquetípica más intensa. Neptuno se relaciona con aspectos espirituales, trascendentales, religiosos, mitología,…
Júpiter se asocia a la expansión, magnitud, crecimiento, exuberancia, grandeza de visión,… de la combinación de ambos arquetipos, surgirá el resultado que tal vez no se vea con claridad hasta que se mire con la distancia y objetividad que proporciona el paso del tiempo.

En la Carta 2 del 27 de mayo vemos cómo se encuentran en Conjunción Júpiter y Neptuno, esto va a durar desde mediados de marzo de 2009 hasta bien entrado el 2010, considerando un orbe de 10º.

Carta 2 del 27 de mayo de 2009
Esta Conjunción de Júpiter y Neptuno, ocurrirá en las constelaciones de Capricornio y Acuario, porque va a depender de los movimientos retrógrados y de avance de ambos planetas, que se mueven además muy lentamente.
Simultáneamente a estos aspectos duros de larga duración se producirán algunos otros aspectos, que también se pueden denominar duros, aunque debido a que se producen por planetas que se mueven más rápidamente por el Cosmos, (Luna, Mercurio, Venus, Sol y Marte) su fuerza arquetípica será más pasajera, aunque tal vez no por ello de menor trascendencia. Me extendería demasiado comentando cada uno de esos aspectos que se producen casi a diario, pues el Cosmos es lo más ‘dinámico’ y realmente ningún día es igual a otro, ya que las ‘fuerzas arquetípicas’ se combinan siempre de manera diferente.
El tercer aspecto al que me he referido antes, es una combinación del primer aspecto en el que se forma una T, con el paso de Marte por las constelaciones de Tauro y Géminis, de tal manera que lo que se formará durante unos meses, es una gran “Cruz Cósmica”.
Como se puede ver en la carta 3, Marte y Plutón estarán en Oposición a 180º el día 26 de agosto, sin embargo hasta el día 15 de septiembre Saturno y Urano no estarán de nuevo en Oposición exacta a 180º (la primera vez en 2009 fue el día 5 de febrero), de manera que la “Cruz” no será muy exacta en ningún momento, no obstante se enmarca en un orbe inferior a 10º y por tanto los meses de agosto y septiembre estarán marcados por las fuerzas arquetípicas que configuran esta peculiar “Cruz”.

Carta 3 del 26 de agosto de 2009
El día 15 de noviembre, Saturno estará en Cuadratura exacta (90º), con Plutón, por lo que a finales del año 2009 la configuración de la T será más precisa, ya que tan sólo le faltarán 8º a Urano para estar en Cuadratura con Plutón.
Para entonces Marte ya se habrá desplazado lo suficiente, para que la constelación en Cruz se haya deshecho, a finales de otoño se situará en las Constelaciones de Cáncer y Leo en Oposición (180º) a Júpiter y Neptuno.

Desde mi punto de vista no sería pertinente extraer conclusiones premonitorias del análisis de las “Fuerzas Arquetípicas Suprasensibles” que se manifiestan detrás de estas configuraciones geométricas cósmicas, desde la modesta y limitada capacidad intelectual que predomina en la forma de pensar de nuestros tiempos, ya que es un pensar apropiado para la comprensión del mundo de la Materia, porque aún está lejano para la mayor parte de los seres humanos el desarrollo de las capacidades a las que Steiner se refiere como Intuición, Inspiración e Imaginación Superior, más apropiadas para la comprensión del Espíritu.
Por este motivo prefiero hacer de nuevo referencia a lo que dice Richard Tarnas en su libro, en el capítulo: “Observaciones acerca de futuros alineamientos planetarios”, páginas de 687 a 690:

Como hemos visto en esta investigación, en cualquier momento dado está en orbe una multitud de alineamientos planetarios que se solapan mutuamente, con la correspondiente interacción de múltiples fuerzas arquetípicas. A menudo estas diferentes combinaciones arquetípicas son de naturaleza divergente, influyen en el clima cultural de modos muy distintos y, a veces, se interpenetran con consecuencias extraordinariamente imprevistas. Por ejemplo, difícilmente las cualidades asociadas al alineamiento de Urano y Plutón que se ha iniciado recientemente podrían diferenciarse más de las asociadas a la oposición de Saturno y Neptuno. Únicamente una «teoría de la complejidad» adecuada a interacciones arquetípicas tan intrincadas podría servirnos para evaluar el despliegue del continuum de la historia.

Huelga decir que toda la perspectiva que aquí se expresa tiene como base el reconocimiento fundamental de la indeterminación y la impredecibilidad.

Con esta advertencia en mente, adentrémonos un poco en los alineamientos futuros.
Si podemos juzgar sobre la base de la experiencia del pasado, la configuración más significativa y potencialmente más dramática del horizonte cercano es la convergencia de tres ciclos planetarios que dará lugar a un estrecho alineamiento de cuadratura en T de Saturno, Urano y Plutón entre 2008 y 2011 La última vez que estos tres planetas estuvieron al mismo tiempo en aspecto duro fue de 1964 a principios de 1968, cuando Saturno se opuso a la conjunción más amplia de Urano y Plutón de los años sesenta y cuando tanto el impulso revolucionario como el reaccionario se constelaron e interpenetraron intensamente en la psique colectiva. Fue el período de mayores tensiones y convulsiones de esa década tumultuosa, en la que se produjo un acelerado cambio cultural y un desarrollo particularmente tenso. La configuración de aspecto duro anterior que implicó a estos tres planetas fue la cuadratura en T que tuvo lugar entre 1929 y 1933 al comienzo de la larga cuadratura de Urano y Plutón que se prolongó toda la década de los años treinta. Hemos observado otros períodos de este tipo en los siglos anteriores.
Históricamente, como hemos visto, la dinámica arquetípica de épocas en las que estos tres planetas estuvieron en semejante configuración fue particularmente poderosa y transformadora.

Las fuerzas implicadas parecen exigir, y al mismo tiempo posibilitar, una capacidad más profunda para la revolución creativa de tensiones entre fuerzas intensamente opuestas: lo viejo y lo nuevo, el pasado y el futuro, el orden y el cambio, la tradición y la innovación, la estabilidad y 1a libertad. Es típica una atmósfera general de lucha por el poder Tienden a exacerbarse las tensiones subyacentes entre auto, dad social establecida e impulsos contraculturales de reciente cuño. Lo mismo ocurre con las tensiones generacionales entre viejos y jóvenes y las políticas entre conservadores y progresistas. En la psique colectiva suele darse una maduración acelerada. Los supuestos y expectativas arraigados se enfrentan con lo imprevisible y lo subversivo. Que el resultado sea un choque destructivo entre fuerzas de cambio revolucionario rígidas fuerzas reaccionarias o una síntesis pragmática de innovación creativa y firme disciplina depende de factores que escapan a nuestro enfoque. Tales períodos han sido marcados en general por acontecimientos y fenómenos culturales que culminan y catalizan procesos a más largo plazo. Las tensiones internacionales y las divisiones geopolíticas pueden intensificarse, de modo que para resolver antiguos antagonismos y conflictos de valores se requieren enfoques radicalmente nuevos. Los problemas que rodean las imprevistas consecuencias del desarrollo tecnológico tienden a hacerse presentes en la conciencia pública.

En la actual situación global, parece probable que en este período, con una urgencia mayor por resolver problemas que implican el reparto y la conservación de los recursos naturales del mundo, se vean afectadas las estructuras ecológicas, políticas y sociales a gran escala.
Sin embargo, todo dependerá en gran parte de los pasos que se den en los próximos años y de la actitud, colectiva e individual, con que se aborden los desafíos con los que hoy se enfrenta la comunidad humana. Como he señalado enfáticamente a lo largo de este libro, para cada uno de esos alineamientos es posible un espectro extremadamente amplio de «escenarios» arquetípicos pertinentes, que reflejan diferentes modalidades potenciales de las fuerzas arquetípicas en juego. Estos distintos escenarios y modalidades reflejan a su vez la irreductible indeterminación polivalente que reside en la naturaleza misma de los arquetipos.

Tal vez haya quienes consideren que la regularidad observada en la correlación entre patrones de experiencia humana y movimientos planetarios es una demostración de que la historia, en cierto sentido esencial, está predeterminada en sus líneas básicas, cuando no en todos sus detalles. Una conclusión de ese tipo refleja, creo, supuestos simplistas acerca de la causalidad y el determinismo que hemos heredado de la mentalidad moderna (y premoderna).

También es posible que refleje profundas tendencias psicológicas, colectivas y personales, arraigadas en sentimientos inconscientes de desamparo. Sin embargo, más que reforzar la sensación de estar atados a un destino definitivo, el conocimiento de los tránsitos futuros, como el conocimiento de los tránsitos personales y la carta natal, puede abrirnos la posibilidad de una respuesta mejor informada y más creativa a las fuerzas operantes en cualquier momento dado. Son muchos e imprevisibles los factores que constituirán conjuntamente los acontecimientos del futuro: las tendencias históricas de desarrollo a largo plazo, y todavía cambiantes y flexibles, las respuestas sociales y políticas espontáneas a las condiciones que vayan surgiendo, el estado de conciencia moral colectiva, la medida en que las energías consteladas determinen inconsciente y ciegamente las acciones humanas o bien sean asimiladas conscientemente, además, sin duda, de muchos otros factores transempíricos fuera de nuestro alcance, como, tal vez, el karma y la gracia.

Incluso en términos astrológicos, la indeterminación y la impredictibilidad creativa son manifestaciones esenciales del principio de Urano-Prometeo. Todos los períodos que implican alineamientos mayores de Urano tienden a constelar estos temas en acontecimientos concretos, cada ciclo de maneras diferentes según cuál sea el segundo planeta implicado. La conjunción de Júpiter y Urano de 20 10 y comienzos de 20 11 se producirá al mismo tiempo que la cuadratura en T alcance su punto culminante, y es probable que coincida con nuevos e inesperados comienzos, impulsos expansivos y rupturas creativas en muchos ámbitos, algunos inmediatamente visibles para la conciencia pública y otras de naturaleza más recóndita, que se manifestarán más adelante.

Durante los años de la cuadratura en T y los siguientes desempeñará un papel decisivo la llegada al poder de la generación nacida durante la conjunción de Urano y Plutón de los años sesenta. Lo mismo ocurrirá con la llegada a la mayoría de edad de la generación de niños nacidos durante la conjunción de Urano y Neptuno que acaba de terminar. Además, la prolongada influencia en la psique colectiva de los impulsos culturales idealistas, las visiones creativas y los despertares espirituales que hicieron su aparición durante la larga era de Urano-Neptuno seguirá desplegando sus consecuencias por muchos años todavía, a menudo en formas nuevas que no podemos predecir. Sin embargo, el mero conocimiento de la poderosa dinámica arquetípica implicada -el conocimiento anticipado de los alineamientos planetarios, su ritmo y su significado potencial- puede proporcionarnos un importante nivel adicional de comprensión y autoconciencia que nos permita atravesar mejor esta transición crítica en la historia mundial.

Nada es seguro, o por lo menos de nada puede decirse que sea seguro. Sin embargo, dada la coherencia del patrón de correlaciones que implicó en el pasado a estos planetas, parece razonable prepararse para la posibilidad de que los años de la futura cuadratura en T de Saturno, Urano y Plutón presenten a la comunidad humana una convergencia de importantes desafíos en muchos frentes. La cuadratura de Urano y Plutón (que continuará hasta 2020 podría presentar algo así como una combinación de los años treinta y los sesenta en un contexto del siglo XXI: un período de grandes cambios históricos que apele a nuevos recursos y capacidades que, en última instancia, podrían resultar profundamente liberadoras.

Sea cual fuere la forma que adopte el futuro próximo, creo que las grandes transformaciones globales y los movimientos de emancipación que han coincidido con la larga secuencia de alineamientos axiales de Urano, Neptuno y Plutón que hemos examinado en este libro, así como el profundo sufrimiento humano y la evolución moral que tuvo lugar durante los alineamientos de Saturno y Plutón y de Saturno y Neptuno, entre otros, han preparado al mundo para traspasar este umbral decisivo con una conciencia colectiva que tendrá una gran responsabilidad.

Richard Tarnas

Son muchas las conferencias de R. Steiner, a las que me gustaría aludir para tratar de arrojar un poco de luz a los actuales momentos de incertidumbre que estamos viviendo, pues es mucho lo que está en juego en el proceso evolutivo de desarrollo del ‘Alma Consciente’ de esta quinta época en la que vivimos desde hace casi ya seiscientos años.
Sabemos que la libertad individual es imprescindible para el desarrollo del ‘Alma Consciente’ y que a su vez el desarrollo del ‘Alma Consciente’ es condición imprescindible para que El Cristo pueda manifestarse en los individuos de la ‘Sexta época’. Si bien hay que saber que las cualidades de Libertad, Igualdad y Fraternidad se han de dar en los ámbitos del libre pensar, de igualdad ante la ley y de fraternidad en lo económico. Desde la revolución francesa en que se introdujeron estos nuevos conceptos en el alma de las personas, hasta nuestros días, todo lo realizado al respecto ha sido pervertido por poderes ocultos, con la finalidad de desprestigiar lo que de positivo podían aportar. Como ejemplos notables de estas perversiones que no pretendían más que retrasar lo más posible el desarrollo del Alma Consciente, tenemos el caso de la Unión Soviética en la que se instauró la igualdad en lo económico, lo que además de la ruina económica de esos países supuso la ruina moral de los individuos, en los que las iniciativas libres individuales, se castraban sistemáticamente en aras de un supuesto bien común. El otro extremo en ‘apariencia’ enemigo del anterior, es el actual neoliberalismo instalado en lo económico globalmente por todo el planeta, lo que genera inmensas riquezas para unos pocos y hambre y miseria para la inmensa mayoría, esto evidentemente se haya muy lejos de una Fraternidad en lo económico, o dicho más claramente, es todo lo contrario, la exaltación del egoísmo individual y antisocial.

Considero que pueden ser de gran ayuda para superar los obstáculos que están por  venir el estudio de obras de Steiner como: “La Filosofía de la Libertad” o series de conferencias como: “Las Necesidades de Nuestra Época y la Preparación para la Época Siguiente” o “Entidades Individuales y Unidad Indivisa del Cosmos” y otras tantas en las que Steiner nos proporciona valiosas herramientas para posicionarnos correctamente en esta época materialista en la nos toca vivir.

No hay que olvidar que cada época tiene su misión, en la época Egipcia el Hombre tenía que resolver los Misterios de la Muerte, de ahí su afán por perpetuar los cuerpos físicos momificados. En la época actual de Alma Consciente nos toca resolver los Misterios del Mal, no podemos permitirnos el lujo de pensar que el mal no existe o que somos impotentes ante el despliegue de medios de que alardean los poderes de este mundo, o confiar ingenuamente que algún Ser espiritual venga a resolver nuestros problemas por arte de magia y a hacer, lo que nosotros hemos dejado de hacer por indolentes. Puede que eso sucediera en el pasado, pero para nuestra época, lo que se reclama de nosotros, es una Actividad Consciente.

No tengo la menor duda de que las ‘fraternidades ocultas opositoras’ están mejor informadas y organizadas, que los que supuestamente somos partidarios del Impulso Crístico, ya que están realizando los cambios oportunos para perpetuar su posición de poder y privilegios sobre las masas humanas, mediante el miedo, las guerras, las hambrunas y el control del libre pensar, más hemos de esforzarnos para que esto cambie y estemos a la altura de las circunstancias en los próximos 12 años, de lo contrario puede ocurrir como en la Revolución Francesa, en la que reformas y contrarreformas desembocaron en situaciones de caos social, y en regímenes dictatoriales represivos, o como en los años treinta del siglo XX, años en los que el “Advenimiento del Cristo en el Mundo Etérico” anunciado por R. Steiner unos años antes, fue ensombrecido por la Segunda Guerra Mundial.

Libertad de Pensamiento, Comprensión Social y Ciencia Espiritual.









Pablo San Miguel,

9 de enero de 2009

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