El curso del año tiene su vida propia. El alma humana puede
participar de ella, sintiéndola. Si deja que actúe en ella lo que, viniendo de la vida del
año, habla semana a semana de manera diferente, entonces, y sólo entonces, se encontrará verdaderamente a
si misma, gracias a esa
participación. Sentirá cómo le llegan, así, unas fuerzas que la fortalecen desde su interior y comprenderá que
dichas fuerzas quieren ser despertadas en ella por el hecho de poder participar
en el sentido del movimiento cósmico, tal como éste se manifiesta en la
sucesión de los tiempos. Actuando así, el alma será consciente de los hilos, tenues, pero
significativos, que existen
entre ella y el mundo en el que ha nacido.
En este calendario se indica, para cada semana, una estrofa que permite
al alma vivir lo que ocurre dicha semana, como parte de la vida completa del año. Lo que se quiere expresar en cada estrofa es lo que esa vida hace resonar
en el alma - cuando el alma se une a ella -. El pensamiento que ahí subyace es el de "sentirse uno", de manera sana, con el curso de la
Naturaleza y "encontrarse
a si mismo" con la fuerza que de ella emana. Estad seguros
que, en efecto, participar así en el
movimiento del mundo, sintiéndolo en el sentido de estas estrofas, es una aspiración del alma,
siempre y cuando ella se
comprenda a si misma verdaderamente.
Rudolf Steiner
Reposicion de publicacion del año 2011, junio.
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