jueves, 25 de octubre de 2012

calendario del alma 27 de octubre 2 de Noviembre/28 abril 4 de mayo














CALENDARIO DEL ALMA
27 de octubre 02 de noviembre
D TRIGÉSIMA SEMANA

LA LUZ DEL VERANO CONSERVADA EN MI ALMA
TERMINA DE MADURAR LOS FRUTOS DE MI PENSAMIENTO;
EN CERTEZA DE MI PROPIA CONSCIENCIA
TRANSFORMA LOS SENTIMIENTOS.
HOY YO PUEDO SENTIR LA ALEGRÍA 
DEL DESPERTAR ESPIRITUAL DE LA TEMPORADA DE OTOÑO:
EL INVIERNO EN MI ALMA SABRÁ ELEVAR
EL VERANO.


CALENDRIER DE L´AME
27 OCTOBRE 2 NOVEMBRE
D TRENTIEME SEMAINE

LA LUMIERE D´ETE RECUELLIE EN MON AME
ACHEVE DE MURIR LES FRUITS DE MA PENSEE;
DANS LA SECURITE DELA SOI-CONSCIENCE
SE TRANSFORME TOUT SENTIMENT.
JE PUIS AVEC BONHEUR EPROUVER AUJOURD´HUI
L´EVEIL SPIRITUEL DE LA SAISON D´AUTOMNE:
EN MOI L´HIVER FERA LEVER
L´ETE DE L´AME


CALENDARIO DEL ALMA
28 de abril 04 de mayo
D CUARTA SEMANA

HOY SIENTO LA ESENCIA DE MI SER,

Y ASÍ HABLA EL SENTIMIENTO,

QUE, EN UN MUNDO DE LUZ SE BAÑA,

MEZCLÁNDOSE CON EL FLUIR DE LA CLARIDAD;

QUERIENDO PENETRAR EL PENSAMIENTO DE SU

CALIDEZ

QUE SU RESPLANDOR CLARO Y PERFECTO,

EN EL SER HUMANO Y EN EL UNIVERSO

SE SELLE EN UN SOLIDO VINCULO.


CALENDRIER DE L´AME
28 ABRIL 4 MAI
D QUATRIEME SEMAINE

JE RESSENS AUJOURD´HUI L´ESSENCE DE MON ETRE.
AINSI PARLE LE SENTIMENTO,
QUI, DANS UN UNIVERS DE LUMIERE BAIGNE,
A DES FLOTS DE CLARTÉ SE MELE;
IL VEUT DE SA CHALEUR PENETRER LA PENSÉE
DONT IL PARFAIT AINSI LE TRANSPARENT ECLAT,
DE L´ETRE HUMAIN, DE L´UNIVERS,
D´UN SOLIDE LIEN CONSACRANT L´UNIT


RUDOLF STEINER



Dibujo de R. Steiner ( Escorpión)

A Shade of Love - Tsuyoshi Yamamoto Trio

15 - Georges Bizet - L'amour Est Un Oiseau Rebelle (Habanera)

domingo, 21 de octubre de 2012

CALENDARIO DEL ALMA DEL 20 26 OCTUBRE/ 21 27 ABRIL


CALENDARIO DEL ALMA
DEL 20 AL 26 DE OCTUBRE
SEMANA C VIGESIMA NOVENA

PUEDO YO AHORA   EXPANDIR  CON FUERZA EN MÍ SER
LA LUZ DEL PENSAMIENTO,
CONFIRIENDO TODO SU SENTIDO A LAS EXPERIENCIAS HECHAS
EN LA FUENTE DE LA FUERZA DE LOS MUNDOS DEL ESPÍRITU.
ESTA CONMIGO EN EL PRESENTE  LO HEREDADO DEL VERANO,
LA CALMA DEL OTOÑO Y EL ESPÍRITU DEL INVIERNO.



CALENDRIER DE  L´AME
20-26 OCTOBRE
C VINGT-NEUVIEME SEMAINE

A MOI DE DEPLOYER AVEC FORCE EN MON ETRE
LA LUMIRE DE LA PENSEE,
CONFERANT TOUT LEUR SENS AUX EXPERIENCES FAITES
A LA SOURCE DE FORCE DES MONDES DE L´ESPRIT.
C´EST A PRESENT POUR MOI L´HERITAGE DE´ETE,
LE CALME DE L´AUTOME ET L´ESPRIT DE L´HIVER.




CALENDARIO DEL ALMA
TERCERA SEMANA C
DEL 21 AL 27 DE ABRIL


OLVIDANDOSE DE SI MISMO, PERO DE SU ORIGEN
CONSERVANDO LA MEMORIA,
EL YO DEL SER HUMANO, CONTINUA SU CRECIMIENTO,
HABLA ASÍ DIRIGIENDOSE AL INMENSO UNIVERSO:
CUANDO, LIBERANDOME DE MI MISMO, YO DEJO
LA CADENA DONDE ME RETIENE MI PERSONALIDAD,
EN TI YO  PROFUNDISO EN MI SER VERADERO.



CALENDRIER DE L´AME
21-27 AVRIL
C TROISIEME SEMAINE

DE LUI-MEME OUBLIEUX, MAIS DE SON ORIGINE
CONSERVANT LA MEMORIE,
LE MOI DE L´ETRE HUMAIN, POURSUIVANT SA CROISSANCE,
PARLE AINSI S´ADRESSANT A L´IMMENSE UNIVERS :
LORSQUE, ME LIBERANT DE MOI-MEME, JE JETTE
LA CHAINE OU ME RETIENT ME PERSONALITE,
EN TOI J´APPROFONDIS MON ETRE VERITABLE.


RUDOLF STEINER

Mendelssohn - Obertura "Las Hébridas" ( "The Hebrides") Op. 26

martes, 16 de octubre de 2012

EL RUISEÑOR Y LA ROSA


EL RUISEÑOR Y LA ROSA
Oscar Wilde
—Ella me prometió que bailaría conmigo si le llevaba rosas rojas —murmuró el Estudiante—; pero en
todo el jardín no queda ni una sola rosa roja.
El Ruiseñor le estaba escuchando desde su nido en la encina, y lo miraba a través de las hojas; al oír
esto último, se sintió asombrado.
—¡Ni una sola rosa roja en todo el jardín! —repitió el Estudiante con sus ojos llenos de lágrimas—.
¡Ay, es que la felicidad depende hasta de cosas tan pequeñas! Ya he estudiado todo lo que los sabios
han escrito, conozco los secretos de la filosofía y sin embargo, soy desdichado por no tener una rosa
roja.
—Por fin tenemos aquí a un enamorado auténtico —se dijo el ruiseñor—. He estado cantándole noche
tras noche, aunque no lo conozco; y noche tras noche le he contado su historia a las estrellas; y por fin lo
veo ahora. Su cabello es oscuro como la flor del jacinto, y sus labios son tan rojos como la rosa que
desea; pero la pasión ha hecho palidecer su rostro hasta dejarlo del color del marfil, y la tristeza ya le
puso su marca en la frente.
—El Príncipe da el baile mañana por la noche —seguía quejándose el Estudiante—, y allí estará mi
amada. Si le llevo una rosa roja bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja la estrecharé
entre mis brazos, y ella apoyará su cabeza sobre mi hombro, y apoyará su mano en la mía. Pero como no
hay ni una sola rosa roja en mi jardín, tendré que sentarme solo, y ella pasará bailando delante mío, sin
siquiera mirarme y se me romperá el corazón.
—Este sí que es un auténtico enamorado verdadero —seguía pensando el Ruiseñor—. Yo canto y él
sufre; lo que para mí es alegría, para él es dolor. No cabe duda que el amor es una cosa admirable, más
preciosa que las esmeraldas y más rara que los ópalos blancos. Ni con perlas ni con ungüentos se lo
puede comprar, porque no se vende en los mercados. No se puede adquirir en el comercio ni pesar en
las balanzas del oro.
—Los músicos estarán sentados en su estrado —decía el Estudiante—, y harán surgir la música de
sus instrumentos, y mi amada bailará al son del arpa y el violín. Ella bailará tan levemente, que sus pies
casi no tocarán el suelo, y los cortesanos, con sus trajes fastuosos, formarán corro en torno suyo para
admirarla. Pero conmigo no bailará, porque no tengo una rosa roja para darle.
Y se arrojó sobre la hierba, y ocultando su rostro entre las manos, se puso a llorar amargamente.
—¿Por qué está llorando? —preguntó una lagartija verde que pasaba frente a él con la cola al aire.
—¿Sí, por qué? —murmuraba una margarita a su vecina, con voz dulce y tenue.
—Está llorando por una rosa roja —explicó el Ruiseñor.
—¿Por una rosa roja? —exclamaron las otras en coro. ¡Qué ridiculez!
La lagartija, que era un poco cínica, se puso a reír a carcajadas. Sólo el Ruiseñor comprendía el
secreto de la pena del Estudiante y, posado silenciosamente en la encina, meditaba sobre el misterio del
amor.
Por último, desplegó sus alas oscuras y se elevó en el aire. Cruzó como una sombra a través de la
avenida, y como una sombra se deslizó por el jardín.
En medio del prado había un magnífico rosal, y el Ruiseñor voló hasta posársele en una de sus
ramas.
—Necesito una rosa roja —le dijo. Dámela y yo te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su ramaje.
3Gentileza de El Trauko 
—Mis rosas son blancas —le contestó—, como la espuma del mar y más blancas que la nieve de la
montaña. Pero ve donde mi hermana que crece al lado del viejo reloj de sol, y puede ser que ella te
proporcione la flor que necesitas.
El Ruiseñor voló hacia el gran rosal que crecía junto al viejo reloj de sol.
—Dame una rosa roja —le dijo—, y te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su follaje.
—Mis rosas son amarillas —contestó—, tan amarillas como el cabello de la sirena que se sienta en un
trono de ámbar, y más amarillas que el Narciso que florece en el prado. Pero anda a ver a mi hermano,
que crece al pie de la ventana del Estudiante, y quizás él pueda darte la flor que necesitas.
El Ruiseñor voló entonces hasta el viejo rosal que crecía al pie de la ventana del Estudiante.
—Dame una rosa roja —le dijo—, y yo te cantaré mi canción más dulce.
Pero el rosal negó sacudiendo su follaje.
—Rojas son, en efecto, mis rosas —contestó—; tan rojas como las patas de las palomas, y más rojas
que los abanicos de coral que relumbran en las cavernas del océano. Pero el invierno heló mis venas, y
la escarcha marchitó mis capullos, y la tormenta rompió mis ramas y durante todo este año no tendré
rosas rojas.
—Una rosa roja es todo lo que necesito —exclamó el Ruiseñor—; ¡sólo una rosa roja! ¿No hay
manera alguna de que la pueda obtener?
—Hay una manera —contestó el rosal—, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtela.
—Dímela —repuso el Ruiseñor—. Yo no me asustaré.
—Si quieres una rosa roja —dijo el rosal—, tienes que construirla con tu música, a la luz de la luna, y
teñirla con la sangre de tu corazón. Debes cantar con tu pecho apoyado sobre una de mis espinas.
Debes cantar toda la noche, hasta que la espina atraviese tu corazón y la sangre de tu vida fluirá en mis
venas y se hará mía...
—La propia muerte es un precio muy alto por una rosa roja —murmuró el Ruiseñor—, y la vida es
dulce para todos. Es agradable detenerse en el bosque verde y ver al sol viajando en su carroza de oro y
a la luna en su carroza de perlas. Es muy dulce el aroma del espino, y también son dulces las
campanillas azules que crecen en el valle y los brezos que florecen en el collado. Sin embargo, el Amor
es mejor que la vida, y, por último, ¿qué es el corazón de un ruiseñor comparado con el corazón de un
hombre enamorado?
Y, desplegando sus alas oscuras, el ruiseñor se elevó en el aire, cruzó por el jardín como una sombra,
y como una sombra se deslizó a través de la avenida.
El Estudiante seguía echado en la hierba, como lo había dejado; y las lágrimas no se secaban en sus
anchos ojos.
—¡Alégrate! —le gritó el Ruiseñor—. ¡Siéntete dichoso, porque tendrás tu rosa roja! Yo la construiré
con mi música, a la luz de la luna, y la teñiré con la sangre de mi corazón. Lo único que pido en cambio,
es que seas un verdadero amante, porque el Amor es más sabio que la Filosofía, por muy sabia que ésta
sea, y es más poderoso que la Fuerza, por muy fuerte que ella sea. Las alas del Amor son llamas de mil
tonalidades, y su cuerpo es del color del fuego. Sus labios son dulces como la miel, y su aliento es como
la mirra silvestre.
El Estudiante levantó la vista de la hierba y escuchó, pero no comprendió lo que decía el Ruiseñor,
porque él sólo podía entender lo que estaba escrito en los libros.
En cambio, la encina comprendió y se puso a balancear muy tristemente, porque sentía un hondo
cariño por el pequeño Ruiseñor que había construido el nido en sus ramajes.
—Cántame, por favor, una última canción —le susurró la encina—, porque voy a sentirme muy sola
cuando te hayas ido.
4El Ruiseñor y la Rosa  Oscar Wilde
Y el Ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que cae de una jarra de plata.
Cuando terminó la canción del Ruiseñor, se levantó el Estudiante y sacó del bolsillo un cuadernito y un
lápiz.
—He de admitir que ese pájaro tiene estilo —se dijo a sí mismo caminando por la alameda—, eso no
puede negarse; pero ¿acaso siente lo que canta? Temo que no, debe ser como tantos artistas, puro estilo
y nada de sinceridad. Jamás se sacrificaría por alguien, piensa solamente en música y ya se sabe que el
arte es egoísta. Sin embargo, debo reconocer que su voz da notas muy bellas. ¡Lástima que no
signifiquen nada, o que no signifiquen nada importante para nadie!
Luego entró en su alcoba, y, echándose sobre su cama, comenzó de nuevo a pensar en su amor.
Después de unos momentos se quedó dormido.
Cuando la luna alumbró en los cielos, el Ruiseñor voló hacia el rosal, y apoyó su pecho sobre la mayor
de las espinas. Toda la noche estuvo cantando con el pecho contra la espina, y la luna fría y cristalina se
inclinó para escuchar. Toda la noche estuvo cantando así apoyado, y la espina se hundía más y más en
su carne y la sangre de su vida se derramaba en el rosal.
Cantó primero al nacimiento del Amor en el corazón de los adolescentes. Entonces, en la rama más
alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo como canción tras canción. Al principio era
pálida, como la niebla que flota sobre el río; pálida como los pies de la mañana y plateada como las alas
de la aurora. La rosa que floreció en la rama más alta del rosal era como el reflejo de una rosa en un cáliz
de plata, era como el reflejo de una rosa en espejo de agua.
El rosal le gritó al Ruiseñor para que apretara más su pecho contra la espina.
—¡Aprétate más, pequeño Ruiseñor —gritó el rosal—, o el día llegará antes de haber terminado de
fabricar la rosa!
Y el Ruiseñor se apretó más contra la espina, y más y más creció su canto porque ahora cantaba el
nacimiento de la pasión en el alma de un joven y de una virgen.
Y un delicado rubor comenzó a cubrir las hojas de la rosa, como el rubor que cubre las mejillas del
novio cuando besa los labios de su prometida.
Pero la espina no llegaba todavía al corazón del corazón, y el corazón de la rosa permanecía blanco,
porque sólo la sangre de un ruiseñor puede enrojecer el corazón de una rosa.
Y el rosal le gritó al Ruiseñor para que se apretara más aún contra la espina.
—¡Aprétate más, pequeño Ruiseñor —gritó el rosal—, o llegará el día antes de haber terminado de
fabricar la rosa!
Y el Ruiseñor se apretó más aún contra la espina, y la espina al fin le alcanzó el corazón. Un terrible
dolor lo traspasó. Más y más amargo era el dolor, y más y más impetuosa se hacía su canción, porque
ahora cantaba el Amor sublimado por la muerte, el Amor que no puede aprisionar la tumba.
Y la rosa del rosal se puso camersí como la rosa del cielo del Oriente. Su corona de pétalos era
púrpura como es purpúreo el corazón de un rubí.
La voz del Ruiseñor ya desmayaba, sus alitas comenzaron a agitarse, y una nube le cayó sobre sus
ojos. Su canto desmayaba más y más, y sentía que algo le obstruía la garganta.
Entonces tuvo una última explosión de música. Al oírla la luna blanca se olvidó del alba y se demoró
en el horizonte. Al oírla la rosa roja tembló de éxtasis y abrió sus pétalos al frescor de la mañana. El eco
llevó la canción a la caverna de las montañas, y despertó a los pastores dormidos. Luego navegó entre
los juncos del río que llevaron el mensaje hasta el mar.
—¡Mira, mira —gritó el rosal—, la rosa ya está terminada!
Pero el Ruiseñor no contestó, porque estaba muerto con la espina clavada en su corazón.
Ya era eso del mediodía cuando despertó el Estudiante; abrió la ventana y miró hacia afuera.
Gentileza de El Trauko 

—¡Caramba, qué maravillosa visión! —exclamó—. ¡Una rosa roja! En mi vida he visto una rosa
semejante. Es tan hermosa que estoy seguro que tiene un nombre muy largo en latín.
Se inclinó por el balcón y la cortó.
En seguida se caló el sombrero, y con la rosa en la mano, corrió a la casa del profesor.
La hija del profesor estaba sentada cerca de la puerta, devanando una madeja de seda azul, con su
perrito a los pies.
—Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja —exclamó el Estudiante—. Aquí tienes la rosa
más roja de todo el mundo. Esta noche la prenderás sobre tu corazón y como bailaremos juntos podré
decirte cuánto te amo.
Pero la jovencita frunció el ceño.
—Me temo que no va a hacer juego con mi vestido nuevo —repuso—, Y, además el sobrino del
Chambelán me envió unas joyas de verdad, y todo el mundo sabe que las joyas son más caras que las
flores.
—Eres una ingrata incorregible —dijo agriamente el Estudiante, y tiró con ira la rosa al arroyo donde
un carro la aplastó al pasar.
—¿Ingrata? —dijo la muchacha—. Yo te digo que eres un grosero. ¿Qué eres tú, después de todo?
Sólo un estudiante, y ni siquiera creo que lleves hebillas de plata en los zapatos, como lo hace el sobrino
del Chambelán.
Y muy altanera se metió en su casa.
—¡Qué cosa más estúpida es el Amor! —se dijo el Estudiante mientras caminaba—. No es ni la mitad
de útil que la Lógica, porque no demuestra nada y le habla a uno siempre de cosas que no suceden
nunca, y hace creer verdades que no son ciertas. En realidad no es nada práctico, y como en estos
tiempos ser práctico es serlo todo, volveré a la Filosofía y al estudio de la Metafísica.
Y al llegar a su casa, abrió un libro lleno de polvo, y se puso a leer.
FIN

lunes, 15 de octubre de 2012

CALENDARIO DEL ALMA DEL 13 AL 19 OCTUBRE




CALENDARIO DEL ALMA
Semana B Vigésima Octava
Del 13 al 19 de Octubre

Mi vida interior de nuevo vivificada,
De mi ser yo puedo medir la extensión
Y consagrar el radiante ardor de mi Pensamiento,
Poder del sol en mi alma guardada
En resolver el enigma de la vida,
Dar a muchos deseos su realización
Mientras que la esperanza parecía plegar las alas.

Segunda Semana
Del 14 al 20 de Abril

La fuerza personal encerrada en mi pensamiento
Se disipa al contacto del Universo sensible;
Los mundos del espíritu rencuentran al ser humano,
Niño que ellos han formado
Y que debe buscar en ellos sus orígenes,
Pero su alma, este fruto,
Debe encontrarlo en Si.

R.Steiner